La foto del recuerdo antes de la salida.
Emprendimos el recorrido a la cd. de Veracrúz, en una madrugada fresca, con un poquito de frío, poco a poco fuimos devorando kilómetros de la supercarretera oaxaca cuacnopalan hasta llegar a la caseta de cobro de Miahuatlán, ya en el estado de Puebla. En ese punto dejamos la autopista y nos enfilamos por la carretera federal, pasando por Tehuacán -donde nos detuvimos a repostar combustible y degustar ricos tamalitos de Oscar- y otros pueblitos pintorescos como Acaltzingo, donde la neblina era espesa y hermosa; hasta llegar a las cercanías de Fortín de las Flores, ya en el estado de Veracruz, en este punto, nos detuvimos un momento en una gasolinera a estirarnos un poco; -y otro tamal de Oscar- posteriormente, en este punto nos reincorporamos a la autopista en su tramo Fortín-Orizaba.
Hermosa foto donde se aprecian los tres vehículos, y en el fondo la neblina por donde pasamos.
Así seguimos, hasta llegar a la caseta de Orizaba, seguimos hacia Las Tinajas y posteriormente llegamos a la cd. y Puerto de Veracruz, alrededor de las 11:30 de la mañana. Nos hospedamos en el Hotel Villas Dalí, un hotel que elegimos por sus precios y por lo cercano de las instalaciones deportivas de la Universidad Veracruzana (UV), donde se celebraba el magno evento.
Por la tarde, después de desayunar, pasamos a recoger los paquetes al gimnasio de la UV, nos entregaron chip, playera y una chamarra conmemorativa, que parecía estar hecha de papel. Nos paseamos por la mini expo y venta de tenis piratas de todo tipo. Regresamos al hotel alrededor de las cinco.
Ya por la noche fuimos al famosísimo café la Parroquia, donde Lily, mi esposa aprendió lo que es el verdadero "café lechero" y su diferencia con el "café con leche". Cené un pollo a la parrilla, riqúisimo y me sentí lleno y preparado para el gran día. Teníamos cierto temor en el equipo, ya que el viento norte estaba demasiado fuerte y temimos por nuestros planes de tiempo y recorrido.
Madre e hija con su respectivas bebidas: biberón lechero y café lechero.
Ya en las afueras del café la Parroquia, nótese el viento fuerte.
De regreso al hotel, en la noche preparé mi vestimenta, no podía ser mejor para la ocasión, llevé dos playeras de correr, pero finalmente elegí la conmemorativa que nos dieron, mi pants, un gorrito, mis tenis new balance 902, mismos que estaban de estreno y a pesar de todas las advertencias de "no corras con nada nuevo", es la segunda vez que lo hago y me funcionó, en el maratón de la Cd. de México lo hice con mis Rbk y nad pasó. Finalmente en la madrugada me di cuenta que el viento amainó y por ende, cambié un poco mi vestuario a fin de adaptarme a las nuevas circunstancias.
El atuendo de la carrera...
A las cinco de la mañana del domingo, me levanté, tomé un poco de jugo de arándano, me vestí con mi short, playera, tenis, tines, garmin, ipod, vaselina, la bendición de lily encima y por si las dudas, un sobre de gel rehidratante. Antes de salir a la aventura, nos tomamos la foto del recuerdo. Todos somos triunfadores por lo que intentamos y lo que hacemos...
Por cierto, el de enmedio soy yo... La hora de la salida: Por fín llegó el momento de la verdad, donde nos ibamos a medir, ibamos a ver de qué estábamos hecho, ibamos a saber para qué entrenamos, por qué vivimos. El corral estaba a reventar y lleno de adrenalina, rostros alegres por lo que ibamos a empezar. Comentario: Los kenianos despiden un olor característico que no me gusta nada.
La salida se retrasó un poquito, vi en la salida a Karina Pérez, maratonista elite, a quien admiro, al igual que Madaí Pérez.
La foto de la salida, me encuentro a la altura de la chica que se ve de espaldas.
La salida fue fenomenal, alrededor de 2,000 corredores nos enfilamos a cumplir con nuestro destino, salimos hacia la zona del malecón, alrededor de 2 kilómetros, me dí cuenta que iba a menos de 4 min por k, lo que me asustó, ya que mi plan era hacer la primera mitad en4.50 por k, sin embargo, retomé valor y me mantuve, cambiando mi plan y tratando de mantenerme en un máximo de 4:12; alrededor del kilómetro tres comenzó una subida como de 500 mts, posteriormente su correspondiente descenso, y de regreso, volver a subir y a partir de allí el recorrido fue práctimente plano, por todo el malecón hasta la zona norte de veracruz, pasando por la ruta del desfile del carnaval, hasta el acuario, después por el club de yates, hasta la zona norte del malecón, donde dimos vuelta en U y regresamos para enfilarnos hacia el estadio.
Alrededor del km. 8, me empecé a sentir cansado pero fuerte de mi respiración, así que mantuve mi paso, reposté un poco de agua en el km. 12, a partir de allí comencé a consumir mi gel, seguí rebasando corredores y corredoras, desde el km 15 hasta el 17 aproximadamente, sentí el viento más fuerte y arena finísima que traía la brisa marina. En general me sentí bien, me dediqué a correr y competir conmigo mismo, dicen mis compañeros que me vieron pasar como alma que lleva el diablo...
El recorrido por el malecón fue agradable ya que habían muchas personas apoyando a los que por alli cruzabamos, fue admirable ver a un señor que había sufrido parálisis cerebral corriendo, lo que me da una enseñanza de vida y me hace sentir nada comparado con ellos, que tienen que hacer un triple esfuerzo para hacer lo mismo que nosotros.
Es impresionante ver a Luis Barrios corriendo y me impresionó más la forma en que los kenianos lo llevaban en una especie de escudo, con la intención de cansarlo, lo llevaban como guaruras en formación diamante. Por fortuna Luisito en los últimos metros logró sacarle ventaja a Hilary el keniano y rompió la marca del medio maratón de Veracruz.
Cerca de la meta alcancé a dos competidores, y les dije "échenle ya faltan dos kilómetros", error grave el mío, me volvieron a sacar ventaja...
Esta ha sido la mejor carrera de mi vida, por mucho, las carreras anteriores las sufría, ahora la gocé y además lo ví como una verdadera competencia, dejé de ser aquel que se ponía como meta terminar la carrera, ahora se que soy más fuerte y que estoy por buen camino, tengo a mi familia que me apoya muchísimo, mi esposa, mi gupayoo, mi hermana, mis suegros, sobrinos, amigos, Jesús Vasquez, Dios y en fin, todos los que de alguna manera hacen o me dejan hacer cosas para que yo siga adelante en este nuevo estilo de vida en el cual estoy por cumplir un año de actividad ininterrumpida, soportando vientos, sol, madrugadas, lluvia, polvo, sudor, etc.
Los camaradas de Oaxaca en su recorrido por el boulevard.
Pasando por el kilómetro diez.
La hija de la doctora dándole soporte a don Fabián.